viernes, 3 de agosto de 2007

No es en Vano...

"Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano..." 1 Corintios 15:58

El 1 de enero del 2006 Javier conoció a Marissa, fue un momento muy raro y peculiar, ya que Javier pasaba por ahí. Marissa es hermana de Gina, la cual Javier conoce por ser compañeros de trabajo en la iglesia. Volviendo a la historia, Javier comenzó hacerle el habla a Marissa la cual muy alegremente le seguía el habla, hablaban y hablaban cosas que les habían pasado en sus vidas, algunas parecidas, otras muy diferentes, tanto así que la misma Marissa se sorprendía de todo lo que compartían. Paso mas de una hora y Marissa se despidió de Javier, el cual pensó que nunca mas la volvería a ver...


Llego el momento de que Javier saliera de su célula a formar una nueva, para esto los chicos de la célula le hicieron una pequeña despedida a la cual sorpresivamente acudió Marissa y es que ella unos meses atrás había asistido a esta célula. Terminando la despedida, Javier invito a unos cuantos a la célula que tendría a cargo, incluida Marissa la cual accedió.


Y bueno la amistad fue avanzando, Javier comenzó a apreciar mucho mas a Marissa y viceversa, compartía mas cosas y poco a poco ella le fue contando cosas mas intimas por lo que Javier se dio cuenta que ella tenia problemas...


Javier comenzó a animarla, a compartirle la palabra, pero ella comenzó a alejarse y dejo de ir a la célula. La preocupación era grande, Javier la buscaba, oraba por ella. Su hermana estaba triste quería que vuelva, que no se aleje de nuevo, Javier solo atinaba a decirle: "hay que orar por ella..."


Pasó el tiempo y Marissa vio el gran aprecio y amor que Javier le tenía. Un sábado Marissa volvió a asistir para alegría de Javier y de los chicos de la célula. Marissa seguía adelante, tenía mas interés de conocer de Dios, aprender mas, seguir asistiendo...


Y llego el momento que Marissa tenia que seguir avanzando en su vida. Un domingo Marissa le conto a Javier que había conocido mas chicos cristianos, sobre todo del grupo de su hermana, tanto así que quería ir a este grupo. Javier vio que el rostro de Marissa había cambiado, ahora estaba alegre, se dio cuenta que Dios había estado obrando y que era tiempo que ella siga creciendo. Con el dolor de su corazón, con lagrimas que querían salir, le dijo: "Si es lo mejor para que sigas creciendo, que así sea..."


Ese día Javier encontró este versículo puesto al principio de este relato, por lo cual puede decir que el trabajo en el Señor no es en vano...

-- José Quiroz Soto --

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