lunes, 26 de marzo de 2007

Derramando Ternura

Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos
Perdonándoos unos a otros, como Dios también os
Perdonó a vosotros en Cristo”

Ef.4:32

Benignidad: Epieikeia = ternura.
Muchos de nosotros estamos rodeados de personas muy ajenas a Dios y algunas tienen conductas tan desagradable con respecto al Señor que nos incomoda, muchos de ellos tienen un trato tan duro y carente de amor.

¿Cuál es nuestra actitud frente a ellos?; ¿Juzgamos o reflejamos benignidad?.

Si leemos sobre la vida de Jesucristo podríamos descubrir que Él pudo distinguir entre el rechazo al pecado y una benigna aceptación al pecador. Él fue tierno y bondadoso con todos (Mt.9:11-13 entre publícanos y pecadores).

La benignidad es comparable a la actitud condescendiente de un juez que en lugar de exigir la pena justa requerida por una estricta justicia, cede ante circunstancias que demandan misericordia (Jn.8:10-11 la mujer adultera). Podemos ver que Jesús no vino a condenar al hombre sino a salvarlo, vino a mostrar toda su ternura y misericordia.

Dios nos exhorta a que seamos benignos, es decir, tener un trato amigable y cariñoso con todos los hombres. No debemos juzgar ni condenar a nadie, sino: ser amables y misericordiosos, aceptando y perdonando (Lc.6:35-36).

El hombre con Dios será atraído no a palabras de condenación sino a palabras tiernas y amables (Ti.3:2-7).

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