
leamos la oraciòn de una chica, hija de Dios...
Dios mìo, dije sin ningùn temor
no necesito un hombre hermoso,
sino alguien que sea como Tù;
no importa si no es grande y fuerte,
ni alto de estatura.
Tampoco tiene que ser un genio o tener riquezas
En absoluto Dios, pero deseo que su frente
estè erguida y su mirada limpia
Que se pare enhiesto, no importa cual
sea su nivel social
o la esfera en que deba actuar.
Y que su rostro muestre gran firmeza, y en
su alma haya integridad.
Su vida toda oh Dios que sòlo tenga una meta.
y cuando llegue sabrè que ha sido el hombre
por el que tanto tiempo te roguè
RUTH BELL GRAHAM (esposa de Franklin Billy Graham)
Chicas, hijas de nuestro buen Dios. Busquemos la integridad y santidad en los chicos, su corazòn entregado al Señor dispuesto a buscarle. Y no sòlo les demandemos ser unos super hombres, sino trabajemos en formar en nosotras el caràcter, la personalidad, el corazòn que un hombre de Dios buscarìa.
Muchas veces nos desanimamos porque decimos que los chicos son asi o asa, pero mirèmonos nosotras tambien, busquemos al Señor, que nos cambie y convierta en las mujeres que nos ha llamado a ser. Y en ese camino, si es la voluntad del Señor, conoceremos a un hombre que aprecie nuestros corazones, nuestro espìritu afable y apacible y nuestra belleza incorruptible.
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